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despus al murezillo del brazo derecho, luego al muslo de la pierna izquierda, despus el brazo izquierdo. Siguieron las espinillas y otra vez cada muslo. Al final, fue mandado que se le ponga la toca y echar agua. En todo este tiempo, la mujer confes que tena por malos cristianos a muchas personas que vivan cerca de Arcos. A unos los acusa por no haban ido a missa ni odo la palabra de Dios, a otros por haber ido a missa de mala gana y menos voluntad. Al final del tormento, ella acusa a un vecino de Arcos por haber renegado el nombre de Dios. Despus de que la mujer ha cansado y ha suplicado muchas veces que sa quitada del tormento, los inquisidores decidieron suspender el tormento de Mara Zamorana. MANDATO DE PRISIN CONTRA BEATRIZ DE PADILLA El Santo Oficio manda una persona hasta la villa de Arcos para que busque a Beatriz de Padilla, acusada por ser morisca. Esta persona tiene que secuestrar todos los muebles y bienes y tambien asegurarse de que los gastos de la acusada estan cubridos por dineros de ella o por bienes. Para el tiempo que pasar en la carcel se necesitan una cama y vestidos y ropa blanca. Los inquisidores tambien deciden que la acusada tiene que cubrir los gastos extraordinarios del Santo Oficio y de los otros mantenimientos que los mandados necesitarn. Todos estos fueron decididos el 4 de Septiembre de 1596. El tribunal declara a Beatriz de Padilla herege y encubridora de hereges. Sus hijos y hijas estn declarados incapaces e inhabilitados para que no puedan tener ni obtener dignidades, beneficios ny officios as eclesiasticos como seglares, ni otros oficios publicos o de honra, ni poder traer sobre si ni en sus personas, oro, plata, perlas, piedras preciosas, ni corales, seda, chamelote, ni pao fino, ni andar a caballo, ni traer armas, ni exercer, ni usar de las otras cosas que por derecho comn ,leyes y pragmaticas de estos reynos e instituciones y estilo del Santo Oficio. PRONUNCIACIN DE LA SENTENCIA La sentencia fue dada y pronunciada el 13 de Diciembre de 1598. Aquel da de Domingo, en la Plaza Mayor de la ciudad de Cuenca, en unos cadalsos altos de madera, un licenciado, los testigos presentes y dos notarios del secreto firmaron la pronunciacin.