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LA TERCERA MUJER

«EL ABRAZO» Edmund Blair Leighton


Subyacen tres fenómenos de fondo:

1. El poder femenino sobre la procreación.


2. La «desinstitucionalización» de la familia.
3. La promoción del referente igualitario en la
pareja.

La posmujer de su casa significa mucho más que


un nuevo estadio en la historia de la vida
doméstica y económica de las mujeres.
Una ruptura histórica en la manera en que
se construye la identidad femenina, así
como las relaciones entre los sexos

Conmoción sin precedentes en el modo de


socialización y de individualización de la
mujer, una generalización del principio de libre
gobierno de sí, una nueva economía de los
poderes femeninos
 La mujer se asocia con las potencias del mal y
del caos, con los actos de magia y de
hechicería.
 Las matronas dirigen el trabajo femenino y
disponen de derecho de veto en lo referente a
proyectos de guerra.
 Sociedad campesina: deciden compras que
conciernen a la economía familiar, dan dinero
al marido para sus gastos.
 Las mujeres ejercen cierto número de poderes, no
asumen en parte alguna las cargas más elevadas,
las funciones políticas, militares y sacerdotales
capaces de procurar el más alto reconocimiento
social.

 Los antiguos ensalzaron a cierto número de


mujeres por sus virtudes ejemplares, mas no por
ello el género femenino permanece menos
relegado a las tareas carentes de prestigio de la
vida doméstica
 Para los hombres la gloria inmortal, los honores
públicos, el monopolio de la plenitud social. Para las
mujeres la sombra y el olvido que recaen sobre los
seres inferiores.
 De Aristófanes a Séneca, de Plauto a los predicadores
cristianos, domina una tradición de diatribas y de
sátiras contra la mujer, presentada como ser
engañoso y licencioso, inconstante e ignorante,
envidioso y peligroso.
 La mujer como mal necesario encasillado en las
actividades sin brillo, ser inferior sistemáticamente
desvalorizado o despreciado por los hombres: tal es el
modelo de la «primera mujer».
 La mujer no invalidaría la realidad de la
jerarquía social de los sexos.
 La mujer no desempeña papel alguno en la
vida política, debe obediencia al marido, se le
niega la independencia económica e
intelectual.
 El poder de la mujer sigue confinado tan sólo al
ámbito de lo imaginario, de los discursos y de
la vida doméstica.
 El eterno femenino nos arrastra hacia lo alto»,
escribe Goethe.
 A partir del siglo XVIII se difunde la idea de que la
potencia del sexo débil es inmensa, que, pese a
las apariencias, ostenta el verdadero poder al
tener vara alta con los niños, al ejercer su imperio
sobre los hombres importantes.
 Potencia civilizadora de las costumbres, dueña de
los sueños masculinos, «bello sexo», educadora de
los hijos, «hada del hogar»; a diferencia de lo que
ocurría en el pasado, los poderes específicos de la
mujer son venerados, puestos en un pedestal.
 A partir de la potencia maldita de la mujer se
edificó el modelo de la «segunda mujer», la
mujer exaltada, idolatrada, en la que las
feministas reconocerán una forma suprema de
dominio masculino.
LA TERCER MUJER O LA MUJER INDETERMINADA.

 En la actualidad, un nuevo modelo rige el lugar


y el destino social de la mujer. Nuevo modelo
que se caracteriza por su autonomización en
relación con la influencia que tradicionalmente
han ejercido los hombres sobre las
definiciones y significaciones imaginario-
sociales de la mujer.
 La segunda fue adulada, idealizada, colocada
en un trono.
 Esta época concluye ante nuestros ojos; con la posmujer de su
casa, el destino femenino entra por primera vez en una era de
imprevisibilidad y de apertura estructural.
 ¿Qué estudios realizar?
 ¿Con vistas a qué profesión?
 ¿Qué trayectoria profesional seguir?
 ¿Casarse o vivir en concubinato?
 ¿Divorciarse o no?
 ¿Qué número de hijos y en qué momento?
 ¿En el marco de la institución matrimonial o fuera del
matrimonio? ¿Trabajar a tiempo parcial o a tiempo completo?
 ¿Cómo conciliar vida profesional y vida maternal?
 Todo, en la existencia femenina, es ahora objeto de elección,
de interrogación y de arbitraje.
 Nada establece de modo imperativo su lugar en el orden social;
ahora las vemos, con la misma legitimidad que los hombres,
entregadas al imperativo moderno de definir e inventar, retazo a
retazo, su propia vida.

 Si bien es cierto que las mujeres no llevan las riendas del poder
político y económico, no cabe la menor duda de que han adquirido el
poder de gobernarse a sí mismas sin vía social preestablecida
alguna.

 Los antiguos poderes mágicos, misteriosos, maléficos se han visto


sucedidos por el poder de inventarse a sí mismo, el poder de
proyectar y de construir un futuro indeterminado. Tanto la primera
como la segunda mujer se hallaban subordinadas al hombre. La
primera mujer está sujeta a sí misma; la segunda mujer era una
creación ideal de los hombres; la tercera supone una autocreación
femenina.
 Los roles exclusivos se han visto sustituidos por
las orientaciones preferentes, las libres elecciones
por parte de los agentes, la abertura de las
oportunidades.
 La libertad de dirigirse a sí mismo se aplica ahora
de modo indistinto a los dos géneros, pero sigue
construyéndose «en situación», a partir de normas
y de roles sociales diferenciados, respecto de los
cuales nada indica que estén impelidos a una
futura desaparición.

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