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INTEGRANTES:
• Cabrera Hernández
• Castellanos García Daniela
• Fuentes Arturo
SECUENCIA: 3IV43
SISTEMA ÓSEO
El tejido óseo forma la mayor parte del esqueleto, el armazón que soporta nuestro
cuerpo y protege nuestro órganos y permite nuestros movimientos. De gran robustez y
ligereza, el sistema óseo es un tejido dinámico, continuamente en fase de
remodelización. La osteología es la ciencia que estudia la estructura, funciones y
patologías óseas.
Estructuralmente, el esqueleto consiste en unos 200 huesos formados por tejido óseo,
cartílagos, médula ósea y el periostio o membrana que rodea los huesos.
El hueso no es totalmente sólido sino que tiene pequeños espacios entre sus componentes,
formando pequeños canales por donde circulan los vasos sanguíneos encargados del
intercambio de nutrientes. En función del tamaño de estos espacios, el hueso se clasifican
en compacto o esponjoso.
▪ Hueso Compacto
El hueso compacto constituye una protección y un soporte. Tiene una estructura de láminas o
anillos concéntricos alrededor de canales centrales llamados canales de Havers que se
extienden longitudinalmente.
▪ Hueso Esponjoso
Las láminas intersticiales están dispuestas de forma irregular formando unos tabiques o placas
llamadas trabéculas. Estos tabiques forman una estructura esponjosa dejando huecos que
están llenos de la médula ósea roja.
FISIOLOGÍA
Las funciones básicas de los huesos y esqueleto son:
▪ Soporte: los huesos proveen un cuadro rígido de soporte para los músculos y tejidos
blandos.
▪ Protección: los huesos forman varias cavidades que protegen los órganos internos
de posibles traumatismos. Por ejemplo, el cráneo protege el cerebro frente a los
golpes, y la caja torácica, formada por costillas y esternón protege los pulmones y el
corazón.
▪ Movimiento: gracias a los músculos que se insertan en los huesos a través de los
tendones y su contracción sincronizada, se produce el movimiento.
▪ Homeostasis mineral: el tejido óseo almacena una serie de minerales,
especialmente calcio y fósforo, necesarios para la contracción muscular y otras
muchas funciones. Cuando son necesarios, el hueso libera dichos minerales en la
sangre que los distribuye a otras partes del organismo.
▪ Producción de células sanguíneas: dentro de cavidades situadas en ciertos huesos,
un tejido conectivo denominado médula ósea roja produce las células sanguíneas
rojas o hematíes mediante el proceso denominado hematopoyesis.
▪ Almacén de grasas de reserva: la médula amarilla consiste principalmente
en adipocitos con unos pocos hematíes dispersos. Es una importante reserva de
energía química.
MÉDULA ÓSEA
La médula ósea es un tejido esponjoso que se encuentra en el interior de algunos de
los huesos del cuerpo como las crestas ilíacas (hueso de la cadera), el esternón o los
huesos del cráneo. En el lenguaje coloquial se le llama tuétano.
Algunas de las células sanguíneas “imperfectas” también mueren antes, de modo que
el organismo no sólo tiene un problema con la producción sino con la supervivencia
de las mismas.
SANGRE
La sangre es un tejido líquido que recorre el organismo, a través de los vasos
sanguíneos que transporta las células necesarias para llevar a cabo las funciones
vitales (respirar, formar sustancias, defenderse de agresiones). La cantidad de sangre
de una persona está en relación con su edad, peso, sexo y altura. Una persona adulta
tiene entre 4,5 y 6 litros de sangre, es decir, un 7% de su peso corporal.
La sangre transporta los principios nutritivos desde el aparato digestivo hasta las
células, donde se recogen también las sustancias de desecho para eliminarlas gracias
a los riñones, el hígado y otros órganos de excreción. También es la encargada de
regular el transporte de oxígeno y la eliminación del anhídrido carbónico. Tiene un
papel importante en funciones como la coagulación, la inmunidad y el control de la
temperatura corporal.
• COMPONENTES DE LA SANGRE
▪ Glóbulos Rojos
▪ Glóbulos Blancos
▪ Plasma Sanguíneo
Es la parte líquida de la sangre y es muy rico en proteínas, entre las cuales destacan
como las más importantes: La albúmina, los factores de la coagulación y las
inmunoglobulinas.
CONSTITUCIÓN
El esqueleto humano cuenta con 206 huesos, estos se agrupan en:
Existen distintos tipos de hueso según su forma, los huesos pueden ser : planos,
largos o cortos.
▪ Huesos Largos. Como su nombre lo indica, se caracterizan por una forma alargada,
entre estos huesos están: el húmero, la clavícula, radio, cúbito, falanges.
▪ Huesos Cortos. La forma más o menos cúbica y el pequeño tamaño de los huesos
cortos facilitan la flexibilidad de las articulaciones, algunos ejemplos son:
matacarpianos, astrágalo, huesos del carpo o muñeca, tarso o tobillo.
▪ Huesos Planos. Delgados y aplanados, los huesos planos juegan dos papeles
esenciales, algunos protegen órganos frágiles; algunos ejemplos son: costillas,
esternón, escápula, omóplato y algunos huesos del cráneo.
La zona de unión entre dos o más huesos se llaman articulaciones, estas pueden ser
fijas, semimóviles y móviles (sujetas entre sí por ligamentos).