órganos que ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades. El Sistema Inmune tiene tres componentes principales: los Glóbulos Blancos de la sangre, las Inmunoglobulinas (anticuerpos) y el Sistema de Complemento que trabajan coordinadamente con otras células, hormonas y órganos linfáticos. Hay varios tipos de glóbulos blancos: neutrófilos, basófilos, eosinófilos, linfocitos y monocitos. El timo y la médula ósea constituyen los órganos linfáticos centrales donde se originan y maduran los linfocitos que luego circulan en sangre y pasan por los órganos linfáticos periféricos (ganglios, bazo, amígdalas, adenoides, apéndice, placas de Peyer y estructuras linfoides de mucosas) para convertirse en células de memoria de defensa o células efectoras. Las Inmunodeficiencias son un grupo heterogéneo de enfermedades en las que se observa un inadecuado funcionamiento del sistema inmune, que es el encargado de defendernos frente a las infecciones.
Estas enfermedades eran consideradas “raras” por su
baja frecuencia pero hoy en día son cada vez más diagnosticadas. Lo cual se debe al accionar de médicos alergólogos, inmunólogos y no inmunólogos (pediatras, clínicos, infectólogos, neumonólogos, dermatólogos, entre otros) que han tomado conocimiento de estas patologías, teniéndolas en cuenta en su práctica diaria. Las enfermedades de inmunodeficiencias se pueden clasificar según su origen en:
1º Primarias (congénitas-hereditarias): Por
afectación en el número o en la función de linfocitos, déficit de inmunoglobulinas, células fagocíticas, proteínas del complemento o defectos combinados. 2º Secundarias (adquiridas): Por ejemplo por politraumatismo, radioterapia, fármacos inmunosupresores, quimioterapia, gran quemado, SIDA. Los signos y síntomas de la inmunodeficiencia primaria pueden comprender: Neumonía, bronquitis, infecciones de los senos paranasales, infecciones de oído, meningitis o infecciones de la piel frecuentes y recurrentes Inflamación e infección de órganos internos Trastornos de la sangre, tales como recuentos bajos de plaquetas o anemia Problemas digestivos, tales como cólicos, pérdida de apetito, náuseas y diarrea Retraso en el crecimiento y el desarrollo Trastornos autoinmunitarios, tales como lupus, artritis reumatoide o diabetes tipo 1 Muchos trastornos de inmunodeficiencia primaria son heredados, es decir, transmitidos de uno o ambos padres. En la inmunodeficiencia primaria, los problemas en el ADN (el código genético que actúa como modelo para producir las células que componen el cuerpo humano) provocan muchos de los defectos del sistema inmunitario. Las complicaciones causadas por un trastorno de inmunodeficiencia primaria varían según el tipo que tengas. Estas pueden ser las siguientes: Infecciones recurrentes Trastornos auto inmunitarios Daño al corazón, los pulmones, el sistema nervioso o el tubo digestivo Retraso en el crecimiento Mayor riesgo de padecer cáncer Muerte a causa de una infección grave Como los trastornos inmunitarios primarios se producen por defectos genéticos, no existe una manera de prevenirlos. Sin embargo, cuando tú o tu hijo tienen un sistema inmunitario debilitado, puedes tomar medidas para prevenir infecciones: Practica buenos hábitos de higiene. Lávate las manos con jabón suave después de ir al baño y antes de comer. Cuídate los dientes. Cepíllate los dientes al menos dos veces por día. Aliméntate bien. Una alimentación saludable y equilibrada ayuda a prevenir infecciones. Haz actividad física. Mantenerte en forma es importante para la salud general. Pregúntale al médico qué actividades son adecuadas para ti. Duerme lo suficiente. Intenta irte a dormir y levantarte a la misma hora todos los días y duerme la misma cantidad de horas todas las noches. Controla el estrés. Algunos estudios indican que el estrés puede dañar el sistema inmunitario. Mantén controlado el estrés con masajes, meditación, yoga, biorretroalimentación o pasatiempos. Descubre lo que funciona para ti. Evita la exposición. Aléjate de personas que estén resfriadas o tengan otras infecciones, y evita las muchedumbres. Pregúntale al médico sobre las vacunas. Averigua cuáles debes colocarte.