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El cuerpo no es el único que de vez en cuando necesita una

desintoxicación. También la mente requiere de cuidados que le permitan


respirar y descansar de los pensamientos que diariamente la atormentan.

DESINTOXICA
TU MENTE
Cuántas veces no nos sentimos abrumados por la cantidad de
pensamientos que nos invaden constantemente, y que nos exigen
concentración, tiempo, energía y vigilancia. Cada uno de estos
pensamientos pareciera tener vida propia y necesidades
particulares de atención que muchas veces no estamos
preparados para atender porque sencillamente pueden más que
nuestra paciencia. Y lo peor del caso es que ninguno de nosotros
solicitó que llegaran a nuestra mente, llegaron solitos, por su
propia cuenta, y con ganas de quedarse.
Una cabeza llena de pensamientos en carrera por llegar al primer lugar de atención
crea una presión mental constante y absolutamente innecesaria. Y ni hablar del
estrés que ello genera y la liberación de cantidades industriales de radicales libres
que solo logran acelerar el proceso natural de envejecimiento.

Lo primero que debemos hacer para liberarnos de algunos de estos pensamientos


es darnos cuenta de cuándo estamos comenzando a ser dominados por ellos.
Luego, es indispensable poner en práctica un plan
estratégico que nos permita re-direccionar la energía
lejos de nuestra mente y más cerca del resto de nuestro
cuerpo.
Despiértate en control
Pasar de cero a 50 pensamientos en un solo minuto es una forma poco natural de
despertarse en las mañanas. Comienza tu día de otra manera, delicadamente,
impidiendo que la ansiedad te consuma innecesariamente desde tan temprano. No
permitas que pensamientos negativos invadan el tiempo de tu despertar, que debería
ser sagrado. Ese momento es solo tuyo y de tu sabia voz interior. Empieza, por lo tanto,
un ritual matutino en el que solo invites pensamientos positivos. Cinco minutos de esto
está bien, pero media hora es mucho mejor.
.
Abre tu boca lentamente
Liberar la presión que frecuentemente queda atrapada en la mandíbula puede ser de
gran ayuda para soltar la tensión de tu cabeza y cuello y además ayuda a deshacerte
de al menos cinco pensamientos. ¡Inténtalo ahorita mismo!
En vez de permanecer con la boca fuertemente cerrada, ábrela ligeramente; eso te
ayudará a relajar los músculos de la cara y permite que tu energía circule libremente a
través de tu cuerpo. Inmediatamente notarás que algunos de los pensamientos que
estaban en tu mente ejerciendo presión se disipan. Una versión más exagerada de este
ejercicio es que abras tu boca ampliamente, saques la lengua y digas ¡ahhh!, como si
estuvieses en el dentista.
Limpia la energía circundante
Es muy común encontrar que personas que están siendo dominadas por sus
pensamientos también estén dominadas por un desorden de objetos en su casa o sitio
de trabajo. Si deseas eliminar 30% de tus caóticos pensamientos, entonces deberás
eliminar el mismo porcentaje de objetos no deseados de tu casa u oficina, y esto
incluye cosas que estén rotas, vencidas, no deseadas y por su puesto objetos en
desuso. Cuando la energía en tu hogar o trabajo se sienta más liviana, sentirás lo
mismo también en tu mente y los pensamientos urgidos de atención no tendrán
oportunidad de perturbar esa recién adquirida quietud.
Retrocede tus pensamientos
Es hora de jugar con tus pensamientos. Escoge el que sea más inoportuno, repetitivo y que
cueste más deshacerse e intenta repetirlo pero en cámara lenta. Repite este paso hasta que
pierda fuerza por sí mismo. La primera cosa de la cual te darás cuenta, seguramente, es de lo
improductivo que era ese pensamiento desde que apareció en tu mente y lo segundo es que
verás que así será mucho más fácil deshacerte de él.
Escribe lo que piensas
Vaciar la mente puede iluminar la carga que la aquejaba y liberar de ella la presión. Con
frecuencia nos encontramos re-pensando cosas y actividades que debemos ejecutar por
miedo a olvidar las que son importantes. Para solventar este problema no hay nada mejor
que escribir lo que tenemos en nuestra mente, andar siempre con una pequeña libreta o
agenda para que sea nuestra propia memoria.

Escribir las cosas que debemos


hacer puede resultar muy
motivador, no solo porque
estaremos seguros de que no se nos
olvidará nada, sino porque
podremos tachar los objetivos que
poco a poco vamos cumpliendo
durante el día, y ver la agenda
tachada es siempre un alivio.
Además, no necesitaremos estar
pensando constantemente en
nuestras obligaciones sino abrir la
agenda y ejecutar. El mejor
momento para escribir y planificar
el día siguiente es en la noche.
Distrae tus pensamientos
Tus pensamientos muchas veces no son tan inteligentes como parecen, y pueden ser burlados
con facilidad. Meditar, escuchar música, bailar, hacer yoga, caminar en la playa o leer un buen
libro son actividades que desplazan el foco de los pensamientos y lo concentran en otras cosas
como el propio cuerpo, los sentidos o la imaginación creativa. Creatividad e imaginación no
pueden existir en una mente llena de pensamientos.
Reconoce cómo te sientes
Hay una gran diferencia entre cómo piensas y crees que te sientes y cómo te sientes de verdad.
La auténtica ciencia detrás del desintoxicar la mente se encuentra en saber reconocer realmente
cómo se siente tu cuerpo y tu espíritu. Tu cuerpo siempre está queriendo llamar tu atención
pero generalmente tiene muy poca suerte en lograrlo porque siempre estás ocupada con tus
pensamientos. ¿Te sientes relajada, agotada, feliz, triste, estresada, sedienta, con hambre,
exhausta o en la necesidad de un buen estiramiento? Ignorar las necesidades de tu cuerpo
mantiene tu energía y atención concentradas en tus pensamientos. Cuando te haces consciente
de tu mundo interior notas inmediatamente cómo realmente te sientes y cuáles son tus
necesidades físicas.
Respira correctamente
Una respiración corta y poco profunda mantiene la energía atrapada en la parte superior de tu
cuerpo y en tu cabeza. Por el contrario, una respiración profunda y pausada ayuda a llevar
oxígeno a tus pulmones, a tu torrente sanguíneo y también a tu cerebro, relajando la mente y el
cuerpo. Físicamente no tendrás espacio para almacenar en tu mente tantos pensamientos
mientras te enfocas en tu respiración y en tu cuerpo

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